Artículo publicado en la revista Psiara en que se analizan las diferentes encuesta realizadas sobre discriminación entre las personas con discapacidad.
¿Qué es la discriminación?
Se define como la situación en que una persona no puede ejercer sus derechos humanos o legales en igualdad de condiciones debido a una diferencia injustificada establecida en políticas, leyes o trato. Puede ser directa, indirecta o intersectorial (combinación de varias formas de discriminación).
Mecanismos que influyen en la percepción de discriminación.
1. Discriminación objetiva: Cuando no hay una causa evidente que la justifique.
2. Amenaza del estereotipo: El miedo a ser discriminado impide intentar o lograr objetivos.
3. Estilo de afrontamiento: Un estilo evitativo favorece percepciones erróneas, mientras que las estrategias positivas mejoran los resultados.
4. Sobre-estimación del prejuicio: Puede generar un estado constante de alerta y angustia.
Datos clave de encuestas en España.
CERMI (2002): El 64% de las personas con discapacidad afirmó haber sufrido discriminación.
EDAD (2008): Un 12.52% de los hombres y un 10.25% de las mujeres reportaron discriminación. Los jóvenes y personas con discapacidad mental o del sistema nervioso fueron los que más la percibieron (Huete, A).
CIS (2013): El 18% de las personas con discapacidad declaró haber sido discriminado. La población general identificaba la “discapacidad psíquica” como una de las causas más frecuentes.
CEMUDIS (2018-2020): El 66.17% de las mujeres con discapacidad encuestadas se había sentido discriminada.
Análisis de la Encuesta EDAD 2008.
Nuestro análisis con regresión logística identificó factores que influyen en la percepción de discriminación:
– Ser mujer y pertenecer a una ONG aumenta el riesgo.
– Vivir en municipios de 10.000-50.000 habitantes, tener estudios universitarios y mayor edad reduce el riesgo.
– Tipo de discapacidad: Discapacidades como la sordera (pre y post-locutiva), problemas de piel, ceguera total, discapacidad intelectual leve, enfermedad mental y deficiencias osteomusculares en la cabeza presentan un riesgo muy alto de discriminación percibida. Por el contrario, afecciones como la discapacidad intelectual profunda, la demencia (posiblemente debido a dificultades para percibirla o comunicarla) o problemas de audición/visión (leves) mostraron una menor percepción,.
Conclusión.
La discriminación percibida no es homogénea y está influenciada por múltiples variables. Futuras investigaciones deben profundizar en las diferencias según el tipo de discapacidad para diseñar intervenciones sociales más específicas y efectivas.