Impulsividad: introducción.

La impulsividad se define como una reacción no planificada y rápida frente a frente a estímulos tanto externos como internos, en la que no se tienen en cuenta las consecuencias negativas de esta actuación para el propio individuo o para otras personas(Moeller et al (1)).

A nuestro entender podemos distinguir entre conductas impulsivas y trastornos del control de los impulsos. El primero remitiría a déficits en las funciones ejecutivas y, por tanto, a inmadurez o lesiones premotoras. El segundo a patología psiquiátrica definidas y categorizadas en CIE y DSM, tanto dentro del apartado de los trastornos del control de impulsos (p.e. cleptomania) como en otros (p.e. pica).

En la Clasificación Internacional de Enfermedades se definen los transtornos del control de los impulsos como actos repetitivos, sin una motivación racional clara, que generalmente perjudican los intereses del propio paciente o de otras personas y establece que los comportamientos están asociados a impulsos para actuar que no pueden ser controlados. El DSM-IV-TR como la dificultad para resistir un impulso, una motivación o una tentación de llevar a cabo un acto perjudicial para la persona o para los demás. En dicho manual también se establece que, en la mayoría de trastornos del control de los impulsos el sujeto percibe una sensación creciente de tensión o de activación interior antes de cometer el acto, y luego experimenta placer, gratificación o liberación en el momento de realizarlo, y puede existir o no arrepentimiento posterior (1).

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La diferenciación que proponemos es provisional y obedece a un intento de poder aproximarse a la compleja fenomenología que, en este ámbito, puede observarse en la discapacidad intelectual. A modo de ejemplo podemos tomar el estudio de caso de Mouaffak et al (2) que analizaremos en otro bloque. En el caso que propone se podía haber pensado en un transtorno explosivo intermitente cuando en realidad se trataba de una respuesta a la frustración generada cuando no podía llevar a término un acto de cleptomanía. En este caso tenemos una conducta impulsiva y un trastorno del control de impulsos que se resolvió en el momento en que se pudo establecer la cadena causal y actuar en consecuencia.

1.- Grau-López, L., & Casas, M. (2009). Trastornos del control de impulsos y tratamiento con antiepilépticos. Actas Esp Psiquiatr37(4), 205-12.

2.- Mouaffak, F., Hamzaoui, S., Kebir, O., & Laqueille, X. (2020). Kleptomania treated with naltrexone in a patient with intellectual disability. Journal of psychiatry & neuroscience: JPN, 45(1), 71.

 

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